De la edad de

Escolarización hasta
los 6 años

En general, la llegada de los 3 años de edad, con el paso al 2º ciclo de Educación Infantil, supone a menudo el inicio de una escolaridad estructurada. La asistencia a la escuela, por una parte, incrementa el contacto de nuestro/a hijo/a con otros niños y, por otra parte, le obliga al a una utilización más estructurada de sus capacidades motrices y cognitivas. Por esta razón, éste es el momento en que suelen ponerse de manifiesto los posibles problemas que hasta entonces podían haberse obviado o haber pasado desapercibidos. Se trata de un periodo crítico para (1) hacer frente a las posibles carencias de los niños, para ayudarles a integrarse a todos los niveles, y (2) para apoyar a unos padres para los que, quizá, ha supuesto un duro golpe el hecho de asumir finalmente que su hijo precisa ayuda.

Recordemos que la detección e intervención tempranas son fundamentales para prevenir y compensar posibles déficits en el desarrollo del niño, normalizando sus pautas de vida. Las escuelas infantiles juegan un papel fundamental en este tema.

Para que, como padres, sepamos cómo reaccionar y actuar durante este periodo ante la aparición de posibles dificultades, ofrecemos en este apartado un resumen de lo más característico:

  • Incorporación al 2º ciclo de Educación Infantil
  • Observación del desarrollo evolutivo de los niños y niñas entre los 3 y los 6 años
  • Signos de alarma entre los 3 y los 6 años
  • Necesidades educativas especiales
  • Fuentes y referencias consultadas
Han pasado casi seis años desde que nació nuestro hijo prematuro; seis años de dudas, alegrías, incertidumbres… ¿podrá andar?, ¿podrá ver?, ¿aprenderá a leer? Y aquí estamos, disfrutando de un día de playa, en plenas vacaciones, porque hemos acabado con éxito la etapa “Infantil” y ¡¡nos lo merecemos!! Andando, admirando el sol, la arena, el mar, creciendo todos juntos. ¿Se puede pedir algo más?
Anónimo
¡Qué vértigo echar la vista atrás! ¡Parece que fue ayer cuando nació y han pasado años! ¡Cuántas etapas hemos tenido que superar para llegar hasta aquí! Afortunadamente ahora Silvia no nos tiene en un sinvivir permanente como antes y, aunque seguimos alerta, las ocupaciones son otras: los números, las letras, los amigos, crecer, seguir adelante… Pero estamos más tranquilos porque nuestra hija nos transmite tranquilidad… y felicidad.
Anónimo