Hoy, 6 de marzo, se celebra el Día de la Logopedia, una disciplina que rara vez se asocia con la prematuridad, a pesar de que los logopedas pueden ofrecer un apoyo enorme a las familias con bebés prematuros. Muchas veces, los padres se sienten abandonados en un nuevo y complicado sistema de cuidados especiales que necesita un bebé nacido prematuramente. Esta carga emocional se podría evitar con más apoyo institucional y más información para los padres.
Presencia de la Logopeda en la UCIN y la Importancia del Seguimiento de los Prematuros Cuando lo Necesitan
En la atención de los bebés prematuros, la detección temprana de dificultades en la comunicación y la alimentación es esencial para prevenir complicaciones y garantizar un desarrollo saludable. Por ello, la intervención de logopedas juega un papel crucial en el diagnóstico y tratamiento de los problemas.
Cuando el bebé se encuentra en la UCIN, hay que estar alerta a cualquier signo de problemas en la comunicación y deglución de los bebés. Cuando estas dificultades se identifican, el mejor escenario posible es que los logopedas entren en acción para desarrollar planes de intervención personalizados que mejoren la calidad de vida de los pequeños.
La intervención temprana es clave para evitar el desarrollo de complicaciones y asegurar un crecimiento óptimo. Por tanto, la presencia de logopedas especializadas en el equipo médico es fundamental para brindar el mejor cuidado posible a los bebés prematuros y garantizar su bienestar a largo plazo.
¿Por Qué es Importante la Logopedia Especializada?
La intervención en logopedia es crucial en bebés prematuros, ya que el 19% de ellos presenta trastornos del lenguaje y el 20% desarrolla trastorno del espectro autista. Además, el nacer prematuramente aumenta en un 36% las posibilidades de sufrir un trastorno del lenguaje, lo que puede generar dificultades escolares en áreas como la ortografía, el lenguaje escrito y las matemáticas, e incluso incrementa las probabilidades de desarrollar TDAH.
Es esencial la intervención logopédica en bebés que, a los 24 meses (edad corregida), aún no articulan palabras. Además, es importante conocer cómo manejar a los prematuros moderados-leves (entre 32 y 37 semanas de gestación) para garantizar su desarrollo óptimo. En definitiva, el cuidado integral del bebé prematuro incluye no solo su atención médica, sino también el apoyo emocional y educativo tanto para él como para su familia.

La Labor de las Familias en este Proceso de Enseñanza del Bebé
Nos cuenta Belen Ordóñez, logopeda especializada en bebés prematuros, sobre la difícil labor del cuidador en esta situación.
“Los padres son novatos para una situación tan artificial como una UCIN. Se van superando pequeñas o grandes batallas, pero la gran guerra nunca sabes ni cuando se librará o cuando acabará.
Una vez sales de alta, la vida es cuando empieza de nuevo. Nuevo niño, nuevas expectativas, nueva organización familiar y mental, prioridades cambiadas, tomas de decisiones necesarias a nivel laboral, económico, de pareja o familiar. Ahí la pareja puede salir destrozada, o reforzada, o simplemente con una relación que ha cambiado totalmente.
Añadimos más carga mental, porque el cuidado habitual suele recaer en la madre, la cual empieza a renunciar a su desarrollo profesional, a su vida, poniendo al prematuro en el centro de su mundo, sin otra cosa en el horizonte más que la CUME y los cuidados diarios.
La situación basal del niño va a definir la mayor o menor carga del cuidador: necesidad de oxígeno, sondas de alimentación, traqueostomía y/o gastrostomía (ambas necesitan entrenamiento casi enfermero, y grado de responsabilidad alto, añadido), alteración motora evidente, que anticipe posible uso de sillas adaptadas, o colegios de educación especial.
Todo esto con el “habitual pack del prematuro”: revisiones médicas, citas para prestaciones de crecovi y demás, sesiones de fisio, logo o estimulación… Y luego la batalla en casa: hacer todas las pautas que os damos en las terapias, revisar papeles y trámites y periodos de solicitud…
Y ahí añadimos la guinda del pastel: “mi niño no me come” – esto significa lucha cada vez que tiene que comer (de 5 a 8 veces al día), llegando a colapsar y contaminar toda la relación que se tiene con el niño. Los padres vienen y existen por mantener a la cría con vida, alimentada y cuidada. Y de repente la cría (el prematuro) decide que no quiere comer, o q le duele, o q no coge peso, y deja a la madre (normalmente) en mal lugar, en no ser una buena madre cuidadora, en que no sabe hacer lo que todas las madres saben. Y su hijo en el parque no es el “gordito” que muestra la madre orgullosa, sino el “flaquito y pálido” que la madre tiene siempre que “disculpar”. Y si añadimos la lactancia, ya la carga brutal de no ser suficientemente buena por no poder lactar.
El tema tiene “mucho peso”, es un examen semanal con la pediatra, con la báscula. Con el lugar de mala madre. Con situación diaria de lucha, de desesperación, de vómitos, de reflujo, de todo el mundo opinando sobre como se le debe de dar de comer; además, a veces, los propios profesionales pueden orientar mal, no obtener los resultados, y empeorar la situación, aumentando el miedo a la báscula, y alimentando la sensación de que “por mucho que hago, no lo consigo, no lo hago bien.”

La Historia de Mateo
Mateo también llegó al mundo antes de lo esperado y ha dependido durante tres años largos de un respirador las 24 horas del día. Problemas respiratorios, debido a pulmones subdesarrollados, son una de las complicaciones más comunes en estos casos. Para la familia de Mateo, el respirador se convirtió en todo un ritual para hacer sus cuidados, pasearle o simplemente cogerle en brazos.
Poder quitarse el respirador le ha permitido poder avanzar a nivel motor y cognitivo y a sus padres sentirse padres… más allá de como dice Macarena, la mamá de Mateo, ser una enfermera, logopeda, trabajadora social, fisioterapeuta, etcétera y otros roles que no deberían haber aprendido pero que son necesarios para los progresos del bebé.
Mateo realiza semanalmente sesiones de fisioterapia, logopedia (tanto de alimentación como de fonación), estimulación, terapia ocupacional, fisioterapia en agua y equinoterapia.
“La prematuridad no acaba al salir del hospital, ahí comienza otra batalla diaria”, comenta Macarena.

¡Gracias a los Logopedas por su Labor!
En el Día de la Logopedia, desde APREM queremos expresar nuestro agradecimiento a todos los profesionales que acompañan a las familias en este camino.
Como cuenta Belén, “un buen logopeda debe, no solo hacer bien su trabajo, sino saber acompañar sin juzgar, valorar los pequeños logros y no penalizar, adaptarse al ritmo del niño y de cada familia, marcar objetivos realistas con la situación y el manejo de cada núcleo familiar, y tener muy claro lo que se quiere conseguir en el niño con la familia y con las particularidades del niño.”
Fuentes:
https://blogs.uoc.edu/cienciasdelasalud/es/importancia-intervencion-logopedia-prematuridad/
https://blogs.uoc.edu/cienciasdelasalud/es/importancia-intervencion-logopedia-prematuridad/