Ser padre o madre de un niño prematuro es una gran carrera de obstáculos que se inicia desde el primer minuto de vida de nuestros hijos. Seguro que muchas veces habéis sentido miedo, ansiedad, angustia, soledad, preocupación o tristeza ante las situaciones que plantea cada nuevo día.
Debéis saber que estos sentimientos son normales porque nadie se encuentra preparado para esta experiencia, pero también que los padres debemos intentar sobreponernos a ellos si queremos que nuestros hijos mejoren.
Por este motivo, entre otros, los padres de niños prematuros necesitamos un punto de encuentro, apoyo y aprendizaje donde sentirnos escuchados y en el que poder compartir las preocupaciones y dudas que surgen a lo largo del camino.
Nuestra recomendación:
Seguid la regla de APREM de las 3 Ps:
- Preguntad lo que dudéis
- Pedid lo que necesitéis
- Perseverad lo que podáis