Preguntas Frecuentes
¿Qué significa que mi hijo es prematuro?
Un embarazo se considera a término cuando supera las 37 semanas de gestación, siendo un parto normal aquel que se produce entre las semanas 37 y 42. Cuando el niño nace antes de las 37 semanas se le llama “prematuro o pretérmino”. El niño prematuro nace con una “inmadurez” de sus órganos y sistemas (respiración, control de temperatura, digestión, metabolismo,…), esto le hace más vulnerable a las enfermedades y más sensible a los agentes externos (luz, ruido, etc.). Es posible que un niño nazca a las 40 semanas con un peso igual al de un niño prematuro de 32 semanas, son los que se consideran “bajo peso” en relación a su edad gestacional. No todos los niños prematuros van a presentar los mismos problemas y a cada uno, se le deberá realizar una valoración por parte de un grupo de especialistas para determinar qué tratamiento integral debe seguir. Normalmente los menores de 35 semanas de gestación deben permanecer un tiempo ingresados en las Unidades de Neonatología, y los considerados “Grandes Prematuros” (por debajo de 32 semanas o con peso inferior a 1, 500 kg.) pasarán una mayor temporada en el hospital y tendrán un riesgo mayor de tener problemas en su desarrollo. No obstante, el desarrollo de cada prematuro es único.
¿Por qué mi hijo ha nacido prematuro?
La mayoría de los partos prematuros son de causa desconocida, si bien algunas circunstancias los favorecen: la edad materna (menor de 20 ó mayor de 40 años), antecedente previo de parto prematuro, embarazos múltiples, estrés físico o psíquico, antecedentes maternos de alcoholismo, drogadicción, tabaquismo, enfermedades maternas importantes (corazón, riñón, tiroides, diabetes, etc.), malnutrición materna, enfermedades durante el embarazo (hipertensión, toxemia, infección, debilidad de la musculatura uterina, malformaciones del útero, problemas placentarios como el desprendimiento precoz de placenta o la placenta previa). También las malformaciones fetales pueden asociarse a prematuridad. No obstante, hay muchos partos prematuros de madres jóvenes, sin problemas asociados.
¿Qué problemas médicos suelen tener?
Todas las implicaciones de las que hablamos, varían muchísimo en función de cada niño y su evolución los primeros meses, suelen ser más importantes cuanto menor haya sido la edad gestacional (semanas de embarazo con las que ha nacido) del niño. Los problemas inmediatos para los grandes prematuros son:
- Nutricionales. Por su inmadurez para succionar y deglutir la leche suelen requerir alimentación por sonda o a veces nutrición parenteral (a través de suero por vía intravenosa).
- Mantenimiento de la temperatura corporal. Debido a su mayor superficie corporal (proporcionalmente) y escasa grasa subcutánea, hay que mantenerlos en ambientes con temperatura controlada (incubadoras).
- Problemas respiratorios. Algunos recién nacidos prematuros tienen, por su inmadurez, incapacidad para expandir sus pulmones y respirar. A veces también presentan pausas en la respiración (apneas). Normalmente suelen requerir un soporte de oxígeno, a veces durante varios meses.
- Inmadurez hepática. Por ello los prematuros se ponen con más frecuencia amarillos (ictericia) y esto les dura más tiempo.
- Infecciones. Su sistema defensivo es más débil y están más expuestos a las infecciones.
- Lesiones hemorrágicas en el sistema nervioso central (hemorragia intraventricular) y lesiones por infarto o falta de riego sanguíneo en algunas zonas del cerebro (leucomalacia periventricular).
- Enterocolitis necrotizante. Se trata de unas lesiones que se producen en el intestino de los prematuros más pequeños, y que pueden llegar a perforarlo.
- Retinopatía del prematuro. Es una lesión de la retina de los prematuros, especialmente en los más inmaduros (menos de 30 semanas o de 1.250 gramos), producida por el oxígeno que han necesitado por sus problemas respiratorios.
- Déficits nutricionales. Por su alimentación y necesidades pueden presentar déficits de vitaminas, hierro, calcio y fósforo. Problemas metabólicos como hipoglucemia (disminución de azúcar en sangre), etc.
- Anemia. Por su inmadurez no son capaces de fabricar toda la sangre que necesitan, por lo que es habitual que haya que realizarles transfusiones durante su estancia en el hospital.
¿Qué pronóstico va a tener mi hijo en el futuro?
El pronóstico de los niños prematuros que presentaron solamente problemas moderados en el periodo neonatal será bueno. Hasta hace poco tiempo los prematuros extremos, de menos de 26 semanas de gestación, eran prácticamente inviables, actualmente con los conocimientos y medios de las unidades de cuidados intensivos neonatales ha mejorado mucho la supervivencia. Sólo entre un 5-10% de los niños de menos de 1.500 gramos tendrán grandes problemas neurológicos, sordera, ceguera o problemas de retraso intelectual. La mayoría de los niños prematuros tienen una vida normal y una pequeña proporción requiere ayuda educacional u orientación por problemas de conducta. Es importante destacar por ejemplo, que los niños muy prematuros también tienen más riesgo de presentar el síndrome de la muerte súbita del lactante.
¿Cuánto tiempo va a estar ingresado?
El tiempo de ingreso de cada bebé prematuro depende de múltiples factores, siendo los más importantes la edad gestacional y los problemas derivados que acarrea a los grandes prematuros (dependencia de oxígeno, operaciones, infecciones,…). En los hospitales, siempre que la evolución sea buena, se suele establecer un criterio de alta cuando el bebé no tiene soporte de oxígeno y ha superado los dos kilogramos de peso, aunque en algunos casos tienen que depender del oxígeno en su domicilio.
¿Puedo visitarle mientras esté en el hospital?
El protocolo de visitas depende mucho del hospital en el que esté ingresado tu bebé. En la mayoría de los hospitales públicos, los padres pueden ver a su hijo en cualquier momento del día. Sin embargo los padres deberían entender que hay que seguir las normas de cada hospital ya que habrá momentos en los que los profesionales sanitarios les pedirán que abandonen la sala, cuando haya que intervenir a otro bebé, por ejemplo. En otros momentos, la restricción de visitas se marcará para proteger al niño prematuro de las infecciones e incluso de una sobreestimulación. Si el criterio médico no lo impide, sería óptimo que los padres tuvieran la posibilidad de estar con su bebé todo el día, y sobre todo en los momentos en los que haya que alimentarle.
¿Qué es el “método madre canguro”?
Este método se basa en el contacto piel a piel entre el niño y la madre o padre. Se descubrió por casualidad y está demostrado que mejora la evolución de los niños prematuros hospitalizados. Se realiza junto a la incubadora o cuna del bebé en el hospital, con la madre o padre sentados en una silla cómoda sosteniendo al niño contra el pecho. Se cubre al niño con una manta, y el padre o madre se descubre el pecho para que el contacto piel a piel sea total. Es importante que este método se realice por lo menos durante una hora y media, para que así el bebé pueda alcanzar la fase de sueño profundo. Está demostrado que favorece la estimulación y la formación de un vinculo afectivo entre los padres y el bebé. Este método también es muy beneficioso para la madre que amamanta a su hijo ya que crea un ambiente muy propicio para que el niño pueda mamar con facilidad. En algunos estudios se ha visto que los niños “canguro” recibieron el alta antes y lloraron menos a los 6 meses de edad que los que estuvieron en incubadora sin contacto. También se puede observar que regulan mejor la temperatura, tienen una respiración más controlada y duermen más relajados.
¿Debo amamantarle?
Está demostrado que la leche materna es el mejor alimento para los bebés prematuros, y actualmente en algunos hospitales españoles se están poniendo en marcha bancos de leche materna, con el objetivo de apoyar a las madres que no puedan o no tengan leche suficiente para sus bebés. Además, actualmente hay leches preparadas creadas específicamente para estos bebés, por lo que, si una madre decide que no quiere, o no puede amamantar a su hijo, el pequeño recibirá una alimentación adecuada.
Cuando las madres ven al niño por vez primera tan pequeño piensan que no va a ser posible amamantarlo. Es importante señalar que al principio es difícil, y probablemente la mamá deberá extraerse la leche para que al bebé se le alimente a través de sonda o biberón.
¿Cuándo debo vacunar a mi hijo prematuro?
Los niños y niñas prematuros deben ser vacunados de acuerdo con su edad cronológica, independientemente de su edad gestacional o peso. Todos los expertos coinciden en que es un riesgo innecesario retrasar la vacunación de estos niños. Excepto en situaciones excepcionales, no se debe retrasar la edad de vacunación indicada en el calendario establecido al efecto.
En España, el Ministerio de Sanidad y Política Social a través del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud del Estado realiza las recomendaciones sobre las vacunas necesarias para el territorio español y los intervalos de edad adecuados. Posteriormente cada Comunidad Autónoma elabora su calendario con las edades concretas de vacunación e incluso puede incluir vacunas no contempladas en las recomendaciones del Ministerio de Sanidad y Consumo.
El Ministerio comunicó en junio de 2010 su intención de intentar volver a unificar el calendario de vacunación infantil en toda España .Mientras llega este momento, para conocer el calendario de vacunación en tu Comunidad Autónoma, te recomendamos consultar el siguiente enlace del Ministerio de Sanidad y Política Social: www.msps.es
¿Cómo se mide el crecimiento de un niño prematuro?
En general, para la medición del crecimiento de los niños y niñas, los pediatras utilizan las tablas de la Fundación Faustino Orbegozo o las de la Organización Mundial de la Salud (OMS) (http://www.who.int/childgrowth/standards/es/).
Las tablas de crecimiento de la Fundación Faustino Orbegozo han sido elaboradas a partir de estudios longitudinales y transversales sobre la población infantil de Vizcaya. Las más recientes de la OMS, de 2006, han sido elaboradas a partir de un estudio longitudinal realizado entre 1997 y 2003 y multicéntrico (con muestras poblacionales de Brasil, Ghana, la India, Noruega, Omán y los Estados Unidos de América).
Para medir el crecimiento de los niños y niñas prematuros sobre estas tablas, los pediatras habitualmente utilizan como parámetro ‘edad’ la edad corregida del niño o la niña hasta los dos años de edad. A partir del momento en que el niño o la niña llegan a la edad corregida de 2 años, utilizan la edad cronológica.
Sí existen, sin embargo, unas tablas que miden específicamente el crecimiento de los niños prematuros desde su nacimiento, en función de su edad gestacional, contemplando el periodo entre las semanas 22 y 50. Son las tablas elaboradas por Fenton en 2003, resultado de la actualización de las de Babson y Benda del año 1976.
¿Qué cuidados especiales debo tener cuando le den el alta?
La mayoría de los bebés prematuros tienen problemas pulmonares, sobre todo los grandes prematuros (nacidos por debajo de la semana 32 o con un peso menor de 1 kilo y medio). Este hecho hace que estén muy expuestos a las enfermedades infecciosas respiratorias. Por lo tanto, es muy importante que durante el primer año de vida, y sobre todo, en la temporada de bronquiolitis (de octubre a marzo), el niño prematuro no esté en contacto con personas acatarradas, otros niños pequeños, o lugares en que se concentre mucha gente. También se debería evitar que en las consultas médicas, estén esperando en las salas llenas de niños, para mitigar el contagio. También es fundamental que nunca se fume en presencia del bebé.
Si los padres o la familia cercana, pueden ocuparse, es recomendable que durante los dos primeros años los bebés muy prematuros no acudan a la guardería.
¿Qué diferencia hay entre un prematuro y un bajo peso?
Un bebé prematuro es aquel que nace antes de las 37 semanas de gestación. Un bebé con bajo peso puede haber nacido a término, pero su peso es menor al que le correspondería al compararle con bebés de su misma edad gestacional.
¿Pueden venir a verle a casa?
Aunque sea lógico y natural, desear que toda la familia y amigos conozcan a nuestro bebé lo antes posible, es importante controlar las visitas al principio. El bebé prematuro sigue siendo vulnerable, por lo que no debe estar en ambientes muy ruidosos o con muchas personas. Necesita tranquilidad para adaptarse a su nuevo entorno, tras haber pasado semanas o incluso meses, en una Unidad de Neonatología, con los niveles de ruido y luz que las caracterizan. Como hemos comentado, el contacto con personas acatarradas u otros niños pequeños, puede suponer un riesgo importante para su salud.
¿Qué especialistas le deberían seguir?
El seguimiento de los niños prematuros vendrá determinado en el momento del alta por el neonatólogo que ha tratado al niño en el Hospital, y dependerá de la semana de gestación, y de la evolución que haya mostrado el niño. Habitualmente, estos niños serán seguidos por los neonatólogos del hospital, los médicos rehabilitadores, cardiólogos, neumólogos y neurólogos, siempre que sea necesario.
¿Qué es el VRS?
El virus respiratorio sincitial (VRS) causa síntomas leves, similares a los de un resfriado, en adultos y niños mayores. Sin embargo, puede causar problemas serios entre los bebés, que incluye la neumonía y problemas respiratorios severos. Los bebés prematuros y los que tienen otros problemas de salud corren el mayor riesgo. Un menor de edad con VRS puede presentar fiebre, obstrucción nasal, tos y dificultades para respirar. Los análisis pueden confirmar si su hijo tiene el virus.
El VRS se transmite fácilmente de una persona a otra. Puede adquirirse por contacto directo con alguien que lo tiene o por tocar objetos infectados, tales como juguetes o superficies como lo son los mostradores. El lavado frecuente de manos y no compartir utensilios para comer o beber son formas simples de prevenir la diseminación de la infección por VRS. En la actualidad, existe un tratamiento para el VRS, que se aplica en grandes Hospitales a los niños muy prematuros o con enfermedades respiratorias o cardiacas, que consiste en una gammaglobulina que se inyecta una vez al mes, durante la temporada de mayor incidencia de contagio por VRS.
¿Qué significa el término “edad corregida”?
Es la edad que el niño prematuro habría tenido si hubiera nacido en la fecha de parto estimada inicialmente. Se utiliza habitualmente para evaluar al niño durante los tres primeros años de vida, comparándole con los niños nacidos a término, para así valorar las desviaciones de una manera más realista. Es decir, si un prematuro nace en febrero, de 28 semanas, se restarán unos tres meses cuando se le haga una valoración (cuando este prematuro tenga 18 meses, se le comparará con los niños de 15 meses, para valorar si ha adquirido las destrezas propias de los niños de 15 meses).
¿Qué es Atención Temprana?
Se entiende por Atención Temprana el conjunto de intervenciones, dirigidas a la población infantil de 0-6 años, a la familia y al entorno, que tienen por objetivo dar respuesta lo más pronto posible a las necesidades transitorias o permanentes que presentan los niños con trastornos en su desarrollo o que tienen el riesgo de padecerlos. Estas intervenciones, que deben considerar la globalidad del niño, han de ser planificadas por un equipo de profesionales de orientación interdisciplinar o transdisciplinar…
¿Existe una vacuna que proteja a mi hijo contra la bronquiolitis?
Ante todo debemos aclarar que el tratamiento que se administra a los niños para prevenir la bronquiolitis no es una vacuna, sino una medicación del grupo farmacológico de los antivirales sistémicos compuesta de anticuerpos monoclonales.
Esta medicación, que cuenta con varias denominaciones comerciales, únicamente es de administración intrahospitalaria. Esto quiere decir que no se puede comprar en farmacias ni conseguirla en Centros de Salud.
En la Comunidad de Madrid existen, desde 2004, unas indicaciones, publicadas en el boletín n.º 1 de febrero de 2004, de la Dirección General de Farmacia y Productos Sanitarios de la Comunidad de Madrid, que recomiendan su uso en los siguientes grupos de riesgo:
- Niños menores de 2 años de edad, con enfermedad pulmonar crónica / displasia broncopulmonar que han precisado tratamiento en relación con su patología (oxigenoterapia, broncodilatadores, diuréticos, corticoides) en los 6 meses previos al comienzo de la epidemia.
- Niños nacidos a las 28 semanas o menos de gestación, con menos de 6 meses al inicio de la estación (nacidos a partir del 1 de Mayo de la estación en curso).
- Niños con menos de 32 semanas de edad gestacional dados de alta hospitalaria durante la primera mitad del periodo epidémico. En la Comunidad de Madrid, este periodo habitualmente incluye los meses de Noviembre Diciembre y Enero.
- Niños con menos de 2 años de edad con cardiopatía congénita hemodinámicamente significativa (hipertensión pulmonar, cardiopatía cianosante no corregida e insuficiencia cardiaca).
NOTA: El periodo epidémico anual se extiende desde octubre-noviembre hasta finales de enero y si la temporada es muy fría puede alargarse hasta febrero. En general, se aplica una dosis mensual a los niños desde octubre a febrero, por lo que estaríamos hablando de una medicación administrada en 5 dosis.
Si tu hijo pertenece a uno de estos grupos de riesgo, debes acudir a su médico especialista (neumólogo, neonatólogo o cardiólogo) para informarte del protocolo que se aplica en tu comunidad autónoma.
¿La Ley de Dependencia ofrece algún beneficio a los niños prematuros y sus familias?
Los niños en situación de dependencia son protegidos desde su nacimiento por esta ley. En concreto, todo niño/a nacido con un peso inferior a 1.500 gramos está dentro del sistema de protección de la Ley, al menos los 6 primeros meses de vida. Se establecen tres grados para optar a la cartera de servicios que ofrece la ley 39/2006: un bebé nacido con menos de 1.100 gramos, se considera grado 3; nacido con menos de 1.500 gramos se considera grado 2; y nacido con menos de 2.200 gramos, se valora si tienen necesidad de soporte para funciones vitales, problemas neurológicos, alteración del tono muscular, etc. La cartera de servicios que ofrece esta ley está compuesta por la ayuda a domicilio, prestación económica vinculada al servicio, y prestación económica para cuidados en el entorno familiar.
“Hablando de dependencia… Protección de los niños y niñas menores de tres años”
Información recogida de la página web de:
¿De qué permiso de maternidad puedo disfrutar como madre de bebé/s prematuro/s?
Cada caso individual requiere una respuesta también individual, pero podemos ofrecer un pequeño resumen de las situaciones más habituales. Si en el cuadro que figura a continuación no encuentras la respuesta que buscas, te recomendamos que consultes con el Instituto Nacional de la Seguridad Social en el teléfono: 900 166 565 o con el CAISS (Centro de Atención e Información de la Seguridad Social) más cercano a tu domicilio http://www.seg-social.es/Internet_1/Oficinas/index.htm
La legislación de referencia es el Real Decreto 295/2009, de 6 de marzo, por el que se regulan las prestaciones económicas del sistema de la Seguridad Social por maternidad, paternidad, riesgo durante el embarazo y riesgo durante la lactancia natural, para todo el territorio español. Los periodos de tiempo de permiso de maternidad contemplados en la casuística que recoge este RD pueden verse mejorados en función de lo establecido por la legislación específica de cada Comunidad Autónoma al respecto, por el convenio vigente en la empresa en la que trabaje la madre, o por negociación particular de la empleada con su empresa.
- Parto prematuro con permiso de maternidad sin interrupción: Dieciséis semanas de permiso ordinario más los días que el bebé esté ingresado en el hospital (con un máximo de trece semanas y siempre que el bebé esté ingresado más de 7 días) más las semanas adicionales según caso específico.
- Parto prematuro con permiso de maternidad con interrupción: El mismo número total de días que el caso A, teniendo en cuenta que en el caso de partos prematuros se puede suspender el disfrute de la baja por maternidad transcurridas las primeras seis semanas de descanso obligatorio y retomar las semanas restantes una vez que el niño es dado de alta. Esta interrupción no es incompatible con las semanas adicionales según caso específico (Art. 8.9 del RD 295/2009).
- Parto único más nacimiento con peso por debajo de 2.200 gramos:
Al permiso de maternidad del caso general son acumulables las semanas adicionales por discapacidad del hijo (Art. 8.7 del RD 295/2009). Así el permiso de maternidad del caso general se vería incrementado en: + 1 semana para la madre y +1 semana para el padre por riesgo de discapacidad por peso al nacimiento menor de 2.200 gramos. La administración aplica los baremos del RD 504/2007 para presumir el grado de discapacidad en los menores de 3 años. Se presume la discapacidad si hay un grado 1 moderado; la Administración está reconociendo este grado de discapacidad a los bebés nacidos con un peso inferior a 2.200 g. - Parto múltiple más nacimiento con peso por debajo de 2.200 gramos: En este caso, si los niños están ingresados después de nacer se le añadirá al periodo de baja los días que estén ingresados (con un máximo de 13 semanas y siempre que el bebé esté ingresado más de 7 días). Si los hermanos están ingresados simultáneamente, se computarán los días adicionales como en el caso general, no se podrá computar el periodo adicional por cada hijo; esto es, el periodo de tiempo no es acumulable en función del número de hijos, es independiente de esa cifra. Al permiso de maternidad del caso general serán acumulables las semanas adicionales por parto múltiple (Art. 8.3 del RD 295/2009) y por nacimiento con bajo peso (Art. 8.7 del RD 295/2009). Así el permiso de maternidad ordinario se vería incrementado en:
+ 2 semanas por cada hijo en caso de parto múltiple a partir del segundo.
+ 2 semanas por riesgo de discapacidad por peso al nacimiento menor de 2.200 gramos de cada niño. La administración aplica los baremos del RD 504/2007 para presumir el grado de discapacidad en los menores de 3 años. Se presume la discapacidad si hay un grado 1 moderado; la Administración lo está reconociendo a los de menos de 2.200 g.
¿Se puede prevenir la enterocolitis necrotizante? ¿Cuáles son sus síntomas? ¿Cuál es el tratamiento?
La enterocolitis necrotizante (ECN o ENC) es un cuadro intestinal muy grave, en el que una porción de la pared intestinal se lesiona o muere. Las bacterias que normalmente se encuentran presentes en el intestino pueden atacar y lesionar todavía más la sección debilitada del intestino y la pared puede romperse, de manera que la infección se extiende a toda la cavidad abdominal. Suele desarrollarse de dos a tres semanas después del nacimiento.
A pesar de los avances en el cuidado intensivo del recién nacido, la morbimortalidad es alta. La ECN aparece en alrededor del 5% de los niños ingresados en la UCIN (7% en el caso de los niños con muy bajo peso al nacer). Es más frecuente entre los bebés más pequeños y de menor edad gestacional. Los métodos terapéuticos han mejorado y la tasa de mortalidad entre los niños con ECN ha disminuido en los últimos años. Actualmente, entre el 72% y el 91% de los bebés con ECN sobrevive. Sin embargo, entre los bebés más pequeños (menos de 1.500 gramos) la tasa de mortalidad puede alcanzar el 45%.
No se conocen bien las causas de la ECN, lo que hace muy difícil su prevención. La prematuridad es el primer factor de riesgo (el 90% de los afectados son prematuros) y la ECN empieza prácticamente siempre una vez que el niño ha iniciado la alimentación oral (el 90% ha recibido alimentación enteral con fórmula previamente a la presentación de la enfermedad). Parece ser que los niños alimentados con leche materna tienen una cierta protección contra la ECN, pero la leche materna por sí sola no previene la ECN.
La asfixia perinatal, el crecimiento intrauterino restringido, la poliglobulia, la persistencia del conducto arterioso, la hipotensión arterial, la administración de indometacina, de bloqueadores de los receptores H2 y la cateterización de vasos umbilicales han sido, entre otros, implicados en la etiopatogenia. La infección, en algunas ocasiones, ha estado considerada como factor inductor o concomitante del proceso; la existencia de epidemias sugiere que, en algunos casos, la infección pueda constituir un desencadenante del proceso.
Los niños prematuros son explorados minuciosamente para detectar cualquier signo de ECN en cuanto empiezan a alimentarse por boca. Los síntomas pueden aparecer de manera lenta o súbita. La ECN presenta manifestaciones clínicas, radiológicas y analíticas, que sirven para realizar el diagnóstico. Las clínicas incluyen, a su vez, signos digestivos y signos sistémicos. Bell elaboró una clasificación según las características de estas manifestaciones, que permite clasificar a los niños afectos en diversos estadios con valor pronóstico y orientación sobre la evolución en el tiempo del proceso y el tratamiento a realizar:
Fuente: Tomado de Demestre y Raspall, 2008
Las pruebas y exámenes a realizar son: radiografía abdominal, examen de sangre oculta en heces, conteo de glóbulos blancos sanguíneos elevados en un CSC, trombocitopenia (conteo bajo de plaquetas), y acidosis láctica.
El tratamiento temprano y agresivo ayuda a mejorar el pronóstico. Ante el primer signo de ECN debe interrumpirse la alimentación oral. El niño será alimentado parenteralmente (por vía intravenosa) mientras es examinado y durante el tratamiento de la ECN, de manera que el intestino pueda reposar y sanar. Es posible que se haga pasar una sonda a través de la garganta hasta el estómago para drenar el aire y el líquido acumulado en el estómago y en el intestino. Se administrarán antibióticos para la infección intestinal, oxígeno o ventilación asistida como apoyo y se realizarán radiografías para comprobar el progreso de la enfermedad y detectar una posible rotura del intestino. Pueden ser necesarias dos o tres semanas para que el niño se recupere de la ECN. Es posible que durante este periodo deba administrarse una vía sistémica para poder administrar la alimentación parenteral.
En casos graves de ECN, puede ser necesaria la cirugía. Existe una controversia importante, fundamentalmente por la ausencia de evidencia científica potente, sobre qué tipo de tratamiento quirúrgico debe realizarse en niños con cuadro de ECN avanzada, esto es, entre realizar un drenaje peritoneal o una laparotomía con resección y anastómosis término-terminal o colo / enterostomía (para más información ver Demestre y Raspall, 2008).
La mayoría de los bebés se recupera sin consecuencias de la ECN. Un porcentaje elevado presenta secuelas digestivas en forma de estenosis, que a veces requiere tratamiento quirúrgico posterior. El síndrome de intestino corto, secundario a resecciones amplias en uno o varios tiempos, es la secuela digestiva más grave. La ENC es un factor de riesgo neurológico y sensorial en los niños prematuros, especialmente en aquellos con muy bajo peso al nacer que precisan de tratamiento quirúrgico. Algunos bebés con una ECN grave pueden necesitar un apoyo nutricional especial durante los primeros años de vida.
Fuentes consultadas:
Carbonell Estrany X. et al. 1996. Factores de Riesgo y pronósticos en la enterocolitis necrotizante. Anales Españoles de Pediatría 45(4): 398-402.
Madden S. L. 2005. El gran libro del prematuro. Ediciones Médici.
Medline Plus. http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ Servicio de la Biblioteca Nacional de Medicina de EE.UU.
Demestre Guasch X, Raspall Torrent F. 2008. Enterocolitis necrosante. Asociación Española de Pediatría (Protocolos AEPED). http://www.aeped.es/sites/default/files/documentos/42.pdf